- Prefacio
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- Los peligros de las ciudades
- Vivir en las ciudades no es el plan de Dios
- Una actitud indolente
- Las ciudades recibirán los juicios de Dios
- Resultados de desoír las advertencias
- Los juicios de Dios son inminentes
- La visión de una gran destrucción
- Dios procura despertar a la gente
- El peligro de permanecer innecesariamente en las ciudades
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- Procurar la libertad que ofrecen las zonas rurales
- Evitar las luchas partidarias
- Futuros problemas gremiales
- Conflictos entre confederaciones laborales y sindicatos de obreros
- Preparación para el acontecimiento
- Para preservar nuestra individualidad
- Desprecio del Decálogo
- Sindicatos que se han formado o que se formarán
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- Alejar a los hijos de los centros de iniquidad
- Antes que sobrevenga el azote
- El alma de los hijos versus la comodidad y conveniencia
- Las cualidades cristianas se desarrollan mejor en los lugares apartados
- El campo es un lugar de refugio
- Como en los días de Noé
- No es una gran privación
- Cómo obtener los mejores resultados de la vida
- La influencia del campo en la vida de los hombres nobles
- Mejor que las riquezas
- Múltiples beneficios de una vida activa al aire libre
- No esperen que un milagro deshaga los resultados de una conducta impropia
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- No debemos formar colonias
- Trabájese en comunidades dispersas
- Lugares que ofrecen posibilidades de trabajo misionero
- No dejarse seducir por las ventajas que ofrecen nuestras instituciones
- No establecer centros como Jerusalén
- Permanecer en iglesias pequeñas - Abrir nuevas escuelas
- Lo que deben sentir los ángeles
- Crecer y extenderse, pero no en un solo lugar
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- Cuando Dios abra el camino
- Dios ayudará a su pueblo
- Hay que ayudar a abrir el camino
- Consejo y advertencia a quienes se proponen salir de las ciudades
- El don de aconsejar
- Considerar cuidadosamente todo movimiento
- Se necesitan planes bien definidos
- Los peligros de la nueva experiencia
- Hágase todo con orden
- Los resultados de un movimiento apresurado
- Exponer todos los planes delante de Dios
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- Lugares apropiados para nuestras instituciones
- Cómo evitar la tentación y la corrupción
- Nos esperan tiempos difíciles
- Dónde se puede enseñar a los jóvenes con mayor eficacia
- Hay que trabajar en las ciudades desde puestos de avanzada
- Lugares de fácil acceso a las ciudades
- Lecciones que nos enseñan Enoc y Lot
- Iglesias, pero no instituciones en las ciudades
- El mensaje del Señor
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Apresurarnos para estar listos
“Cuando el poder con el que se inviste a los reyes es aliado de lo bueno, ello se debe a que el que lleva la responsabilidad está bajo la influencia divina. Cuando el poder está aliado con la maldad, está ligado con los instrumentos satánicos, y obrará para destruir a quienes son propiedad del Señor. El mundo protestante ha establecido un día de reposo idolá- trico en el lugar donde debería estar el sábado de Dios, y así están pisando en las huellas del papado. Por esta razón veo la necesidad de que las familias del pueblo de Dios se trasladen fuera de las ciudades, a lugares apartados del campo, donde puedan cultivar la tierra y cosechar los productos que ellas mismas siembren. De este modo podrán criar a sus hijos con hábitos sencillos y saludables. Veo la necesidad de apresurarnos con el fin de tener todas las cosas dispuestas para la crisis” (Ibíd. [1897]). CC 28.4